Inicialmente, se definieron 7 ‘mudas’, para más tarde incorporar el octavo. Recordemos cuáles son:
1. SOBREPRODUCCIÓN.
2. REPROCESADO.
3. ESPERAS.
4. MOVIMIENTOS.
5. TRANSPORTE.
6. INVENTARIO.
7. DEFECTOS.
8. POTENCIAL HUMANO DESAPROVECHADO.
Estos son los 8 tipos de desperdicio que se identifican comúnmente en el análisis y mejora de cualquier proceso. Ahora bien, existe un despilfarro que no es marginal y que, cada vez más, veo que aumenta y aumenta en la mayoría de empresas. Para mí, el noveno ‘muda’ es: SOBREINFORMACIÓN.
Vivimos en una revolución tecnológica que nos ha traído a la era de la información. Cada vez tenemos más datos a nuestra disposición, algunos de los cuales se transforman en información y que, en muchas ocasiones, reconozcámoslo, no aportan ningún valor. Incluso fuera del trabajo, podemos hablar de una sociedad sobreinformada.
Cuando visito fábricas, y veo tablones con muchos indicadores, gráficos, instrucciones, normas, análisis, informes, etcétera, me pregunto: ¿cuánta información sin valor se ha generado? ¿Cuánta información redundante hay aquí? ¿Cuánto tiempo y recursos se han destinado para preparar esta información? ¿Cuántos servidores, ordenadores y software se han necesitado? ¿Cuántas horas se han desaprovechado en detrimento de otras tareas más importantes? Las empresas suelen vivir en un mar de datos e información, sin saber para qué usarlo.
Es obvio que hemos de tener información para gestionar correctamente. De hecho, yo soy un firme defensor de tener accesibilidad a la información en planta, pero debe ser la estrictamente necesaria, bien estructurada y ordenada, y con una finalidad concreta. Tener información por el simple hecho de tenerla, es un despilfarro.
Hay quien incluye el desperdicio de la sobreinformación en el primer ‘muda’ de sobreproducción, entendiendo que no sólo se refiere a un exceso de producción de bienes materiales, sino también a un exceso de información. Yo prefiero separar la sobreproducción de productos de la sobreproducción de información. Por tres razones:
1. Habitualmente, al hablar de sobreproducción la gente sólo piensa en exceso de stock físico. No en el exceso de información.
2. El exceso de información es un desperdicio cada vez más relevante en la mayoría de organizaciones. Por ello, debemos resaltarlo para tomar conciencia de ello y erradicarlo.
3. Además de la improductividad que genera, la sobreinformación suele provocar desconcierto y dispersión, dificultando la focalización en lo importante, en el objetivo prioritario.
Así pues, hay 9 ‘mudas’. Lo añado:
9. SOBREINFORMACIÓN.
Si a cada gráfico, tabla, informe, documento, le añadiésemos el tiempo que nos ha ocupado generarlo, y su coste equivalente en euros, empezaríamos a tomar conciencia de este desperdicio.
Recordemos: información sí, pero la justa y necesaria, y en la forma, lugar y momento oportunos.